En el convencimiento de que los lugares que geográficamente disfrutamos, no están al alcance de todos, por la falta de conocimiento, porque no sabemos o no podemos divulgar más nuestras riquezas, porque no contamos con demasiados apoyos, porque como ciudadanos individuales, o reunidos en asociaciones, clubes o instituciones, en estos tiempos, es difícil de lograr resultados positivos a corto plazo.
Y la paciencia parece que hoy no es la virtud de nadie. No se puede esperar. En mis recorridos por la Reserva del Alto Bernesga, he encontrado mujeres, rurales, empresarias, docentes, administrativas, funcionarias, y un largo etc. Todas ellas están trabajando por algo más. Al lado de sus familias, con el apoyo de todo el núcleo familiar, y ponderando la firme convicción de quedarse a vivir en donde están, lo intentan a través de casas rurales, nuevos emprendimientos de elaboración de dulces, trabajos de artesanía, grupos de ocio, cursos de formación en tecnología, además de las tareas diarias de sus hogares. Esta zona que pareciera como dormida, tiene en su interior como una vida en constante ebullición, y son sus habitantes, y el deseo de poder vivir y no solo sobrevivir.
Esta cuestión es seguramente similar en muchas geografías españolas. Creo que uno de mis aportes desde aquí, en pos de esa lucha incansable, que realizan, es tratar de mostrar, además de analizar las posibilidades que hay en ellas, y mediante esta pequeña ventana se conozca y se produzcan visitas, permanencia y curiosidad por conocer este territorio que brinda por estas fechas todo el paisaje, inmejorable por el clima y el verde, y completado por las fiestas propias de cada uno de los pueblos.Cada viaje (como ya lo he expresado en otros artículos) puede ser el de buscar una alternativa, oportunidad, o al menos que nos resulte útil para pensar nuestro trabajo y vida futura en estos lugares.
El recorrido que he realizado se acerca o atraviesa a estas poblaciones, cada una con mayor o menor población, y dentro de la Reserva de la Biosfera.
Peredilla con 94 habitantes, y a 29,3 km de León, por la CN 630 (Carretera Nacional 630) y está en el comienzo de la Reserva.
Nocedo de Gordón
Huerga de Gordón
La Pola de Gordón con 1300 habitantes, a 34 km de León.
Vega de Gordón con 206 habitantes.
Santa Lucía con 1146 habitantes.
Ciñera con 1678 habitantes, y a 40,00 km de León por la CN 630.
La Vid con 394 habitantes.
Villasimpliz con 60 habitantes.
Villamanín con 1362 habitantes, y a 47,4 km de León.
Poladura de la Tercia con 59 habitantes.
Casares de Arbás con 81 habitantes, y a 77,9 km de León.
Embalse de Casares de Arbás
Cubillas de Arbás con 79 habitantes.
Geras con 133 habitantes, a 44,8 km.
Folledo con 52 habitantes.
Buiza con 141 habitantes.
Paradilla de Gordón con 13 habitantes, y a 43,05 km.
Cobornera
Beberino a 36 km de León.
Todas estas poblaciones se encuentran en un primer recorrido. Es importante conocer, los Centros de Visitantes, por ejemplo el de Geras, que tiene una completa exposición y documentación en paneles, del patrimonio natural, cultural, arquitectónico, y asesoramiento personal y digitalizado acerca de las 7 rutas de senderismo, yacimientos paleontológicos, patrimonio monumental etnográfico y arquitectura popular, flora, fauna y la riqueza y biodiversidad que interesa tanto al turista como al que busca oportunidades. Esta zona geográfica está atravesada por el río Bernesga y el río Casares, teniendo en un mismo sitio, montaña, valle, y río.
Un apartado especial merecen las casas rurales, la mayoría, son casonas de piedra restaurada, (ver imágenes) en la que pernoctan peregrinos, o buscadores de la paz, la sencillez, en un entorno de inmensa tranquilidad. Con posibilidades a medida que se sucede el recorrido, de ir parando en cada lugar.
Y por último a quienes puedan acudir a unas jornadas con recorridos de campo, organizadas para este mes de junio, es una oportunidad única, con especialistas, que nos transmitirán toda la riqueza paleontológica que poseemos en esta zona.