Medio ambiente y educación

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En estos días he recorrido los países escandinavos. Suecia, Noruega y Dinamarca son en muchos aspectos, ejemplos a nivel mundial. Su economía, poco afectada por la crisis, el crecimiento y bienestar se palpa en sus calles.

La alegría y amabilidad se percibe en todos los empleados, sean de hotel, restaurantes, correos, supermercados, y siempre se encuentra un ciudadano que anónimamente y en inglés, trata de ayudar al turismo que busca tal o cual sitio en un plano. El poder adquisitivo se percibe como equilibrado. Y la austeridad, en cuanto al nivel de consumo compulsivo (que se vive en España por ej.) es una situación continua. Los espacios naturales, cuidados, respetados, con una educación en cuanto a basuras, correctamente en contenedores que no faltan en ningún sitio. Los niños demuestran un sentido de educación medioambiental digno de imitar. Quizá el duro clima invernal hace que valoren el verano y toda la exuberancia vegetal, pero esto no es un justificante, sino que se observa el respeto, y la educación. Las ciudades y el medio rural están correctamente emplazados, cerca o al borde de los fiordos, los lagos o las islas, que forman esta particular geografía, y cuentan con los amarres para las embarcaciones, e incluso los lugares para las bicis.

Mi intención es hacer pensar que en  nuestro país, se intenta comenzar con elementos de protección al medio ambiente, pero nuestra población (y me incluyo) no tomamos real conciencia, del respeto a las normas. Claro que no reditúan en un ahorro monetario personal, ni particular, pero hace a la calidad de ciudad, a la menor contaminación del aire y acústica, y por tanto a nuestro vivir cotidiano.

Una de las actitudes que más me preocupan, es el poco respeto a las señalizaciones. Por ejemplo, los carriles bici, que en Dinamarca, son más transitados que los vehiculares, y tienen semáforos y señalizaciones de cruce, como cualquier vía normal, en nuestro país ni siquiera respetamos su uso. Es normal ver ( en imágenes) la circulación  peatonal de personas, y nada me indigna más, yo les preguntaría ¿caminaría ud. por la senda vehicular, es decir por el medio de una calle con la libertad que toma la decisión de caminar por la bici-senda?. No. Simplemente porque corre peligro su vida. En los países escandinavos, si cruzamos o permanecemos en una senda para bicis, no solo corremos peligro, sino que nos advertirán con un timbre para que salgamos de esta zona.

Y si estamos cerca de un guardia de seguridad, también nos advertirán. Aunque es común ver que la población acostumbrada a las normas, hace que el resto nos sintamos en falta al no cumplirlas.

Y otro ítem aparte es el parque de bicicletas, no existen modelos a cual más moderno, ni llamativo, ni de última generación. La austeridad se expresa en todo. Y creo que no es una norma, sino que a nadie le importa, lo principal es utilizar el transporte que no contamina, es más rápido, silencioso, económico, y práctico. Lo utilizan desde señores de traje con sus correspondientes maletines perfectamente colocados en los porta objetos, como mujeres muy bien vestidas, que uno imagina en posteriores reuniones de empresa, o ejecutivas. Los niños pequeños tienen perfectamente adosadas a la bicicleta del padre o madre, (indistinto) un módulo de transporte. Y cuando corresponde a su edad circulan normalmente en bicicletas individuales. La velocidad de las bici-sendas es entre 30-40 km/hs. Y es un deleite presenciar el poco ruido ambiente de vehículos, la rapidez y simpleza de circulación, y el estacionamiento, con las bicicletas, hace que todo se adapte a ello. Hay estacionamientos cubiertos para bicis, y enormes plazas de parkings, que se respetan. Por ejemplo, el viajar desde una ciudad a otra en tren o autobús, para trabajar, permite estacionar la bici en la Terminal, y recogerla al volver para llegar a destino prontamente.

Y al final algo que me demostró hasta donde puede llegar este sistema, en los edificios de oficinas, tanto en Copenhague como Dinamarca, se colocan las bicis, dentro de las plantas de oficina, y se perciben desde el exterior como un elemento más del mobiliario, así como escritorios, ordenadores o archivos. Esto último hace que pensemos hasta dónde alcanza la normalidad una vez que se adopta como modo de vida.

Y aunque en estos países tienen un clima invernal muy duro,  en estos meses, se sigue con normalidad el uso de las bicicletas. Tienen cobertores para los niños, y ropa adecuada los adultos. Todos lo toman como rutina de vida y ejercicio.

Realmente es para pensarlo y ponerlo en práctica. Todos mejoramos, en calidad de vida, en mejora de nuestras ciudades, y en ejercicio saludable de manera continua.

Esto es lo que a mí siempre  me tiene en vilo, ¿Cómo teniendo hechos reales cerca de nosotros no los aplicamos?  En Valencia por ejemplo, en zonas aledañas a la Ciudad de Las Artes y las Ciencias, se percibe un avance importante en el uso de las bici sendas, y a los que no respetan el carril, cruzando o caminando por él, (por lugares prohibidos) tienen el mismo riesgo de ser atropellados que en la vía vehicular. Algunas comunidades  o gobienos, pareciera que están por la labor. Sólo hace falta educación, respeto y concienciación.

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Comentarios

  • Adrián  El 8 julio, 2011 a las 9:24

    Muy bueno el artículo y las fotos, para ponerlo en práctica.
    Saludos

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